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El Teide es un volcán situado en la isla de Tenerife (Canarias, España). Cuenta con una altitud oficial de 3715 (según otras fuentes de tres mil setecientos dieciocho)2​ metros sobre el nivel del mar y siete mil quinientos metros sobre el lecho oceánico, es el pico más alto del país, el de cualquier tierra emergida del océano Atlántico y el tercer mayor volcán de la Tierra desde su base en el lecho oceánico, tras el Mauna Kea y el Mauna Loa, ambos en Hawái.3​ La altitud del Teide convierte además a la isla de Tenerife en la décima isla más alta del mundo.

El Teide forma parte del parque nacional del Teide, declarado Patrimonio de la Humanidad por la UNESCO, el 28 de junio de dos mil siete. Es además un espacio natural protegido en la categoría de Monumento Natural que encierra el complejo volcánico Teide-Pico Viejo, un enorme estratovolcán de tipo vesubiano que se sostiene dormido desde las erupciones históricas ocurridas no hace demasiado tiempo (la última, la de Narices del Teide, en 1798) y las fumarolas que emite de forma regular desde su cráter.

El Teide es considerado el monumento natural más emblemático del Archipiélago Canario.4​ Asimismo es un gran atractivo turístico que todos los años atrae a millones de personas; de hecho el parque nacional del Teide es el parque nacional más visitado de España. En dos mil dieciseis el número de visitantes ascendió a cuatro 079 ochocientos veintitres, batiendo un récord histórico.5​6​ En dos mil diez se situó como el parque nacional más visitado de la Unión Europea y el segundo parque nacional más visitado del mundo.

Está situado en el parque nacional del Teide, en el centro geográfico de la isla de Tenerife. Sus peculiaridades geomorfológicas concretas definen su paisaje y lo transforman en el símbolo natural más simbólico de la isla de Tenerife y del Archipiélago Canario.4​

Con una extensión de 3606,7 hectáreas se halla dentro de los términos municipales de La Orotava, Santiago del Teide, Guía de Isora, Vilaflor de Chasna, Fasnia y también Icod de los Vinos.

Los marinos y viajeros que navegaron por las islas entre los siglos XV y XVIII, y que podían ver el pico desde cuarenta leguas, extendieron en Europa la idea de que podría ser la montaña más alta del mundo conocido.11​ En aquellos tiempos la curiosidad no bastaba para organizar una costosa expedición que desvelase su altitud, sin embargo durante el siglo XVIII, por motivos políticos y cartográficos, Francia organizó varias expediciones científicas a Canarias que acabaron con la determinación de la altitud del Teide y la confección del primer mapa preciso de Canarias.11​En su viaje a Tenerife, el sacerdote y cartógrafo Louis Éconches Feuillée midió el Teide desde la playa del Puerto de la Cruz con un solo triángulo, y obtuvo una altitud errónea de 4313 m. Probablemente la base del triángulo no estuviera bien nivelada, aparte de ser demasiado pequeña. El informe que Feuillée efectuó a su regreso jamás fue publicado completo y el diario La Caille publicaría un extracto del viaje añadiendo una fuerte crítica al método y a los datos de la medición.11​

Jean Hables de Borda mide el Teide. Óleo de Pierre Ozanne (mil setecientos setenta y cinco-mil setecientos setenta y seis), Museo de Borda.

Medio siglo desde el viaje de Feuillée, Francia vuelve a enviar a otro científico, Jean Hables de Borda, quien, tras un primer intento errado en mil setecientos setenta y uno, conseguiría efectuar, al fin en mil setecientos setenta y seis, la primera triangulación precisa y fiable del Teide: 3713 m de altitud. La medición resultó altamente fiable, tanto por los finos instrumentos con que obtuvieron los ángulos como por la medición de la base que se efectuó con cadenas por dos equipos independientes.11​

Las mediciones de Borda y Feuillée, al lado de otras realizadas en el siglo XVIII, aparecen comentadas en el capítulo tercero del "Viaje a las Islas Canarias" de Alexander von Humboldt (mil setecientos noventa y nueve). En su relación podemos querer lo bastante difícil que era medir en aquellos tiempos el Teide. A finales del XVIII, el método más preciso para medir una montaña era el de las triangulaciones terrestres. Cuando Humboldt estudió las mediciones del Teide realizadas a lo largo del siglo XVIII, no vaciló en afirmar que: «...Debemos a Borda el conocer la verdadera elevación del volcán de Tenerife...».11​

Las últimas mediciones efectuadas a fines del siglo veinte han revelado que el Teide ha crecido11​ unos pocos metros en los últimos años. En los años setenta se estimó que la altitud real del Teide era de 3715 metros sobre el nivel del mar, sin embargo durante mucho tiempo, la altitud oficial fue de tres mil setecientos dieciocho metros11​ sobre el nivel del mar y siete mil quinientos metros sobre el lecho oceánico.

Por esta razón el Teide no es solo la máxima elevación del territorio de España y de cualquier territorio insular del océano Atlántico, sino también es el tercer volcán más alto el teide del planeta si lo medimos desde su base, ubicada en las profundidades del lecho oceánico. En esta categoría anteceden al Teide los volcanes hawaianos; Mauna Kea (10 doscientos tres metros sobre el lecho oceánico) y el Mauna Loa (más de 9000 metros de altura sobre el fondo marino).3​ Tenerife es una de las islas más altas del mundo, en concreto es la décima isla más alta del planeta.

Se tiene constancia de erupciones viejas (hace unos 150 cero años) que marcaron el relieve actual de toda la isla. Por entonces se alzaba un volcán todavía mayor que el Teide. Se manejan dos hipótesis para la desaparición de este pico. La primera, que este pico se fraccionó y se deslizó hasta el mar por el norte de Tenerife. La otra hipótesis se explica a través de un colapso gravitacionales de todo el edificio vulcanológico que provocó su hundimiento. En ambos casos, se formaron las llamadas Cañadas del Teide. Merced a nuevas erupciones se elevó el volcán que vemos hoy en día.

El desarrollo de la isla de Tenerife es equivalente a la capacitación de otras islas oceánicas. Los principios de la capacitación de la isla de Tenerife, se generaron mediante 3 indicaciones estructurales (noreste-sudoeste, noroeste-sureste y norte-sur) en el basamento oceánico.

Mediante estas fracturas comenzaron las primeras erupciones submarinas hace diez millones de años. Estas erupciones submarinas produjeron una acumulación de coladas de género de lava almohadillada que elevaron el conjunto desde el fondo oceánico hasta el nivel del mar.